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Artículo de opinión de Eduard Barcons Comellas, Gerente de la Asociación para el Desarrollo Rural de la Catalunya Central

Hace pocos días tuve la ocasión de participar en Zaragoza como representante de una buena praxis, en el marco del seminario de lanzamiento del futuro Programa de Cooperación Territorial Europea Francia, España, Andorra (POCTEFA) 2014-2020. Aparte de la posibilidad de poder expresar voluntad de cooperar, ya que permite capitalizar recursos económicos para acelerar actuaciones y estrategias y siempre aumenta nuestro coeficiente de Peter (capacidad de gestión), gracias al aprendizaje recíproco, me permitió dirigir a los más de 1.000 participantes una invitación a "espabilar", es decir, ¡a que Europa no les va a esperar si no se mueven!

De entrada, uno debería tener presente que los grandes objetivos de la UE, reflejados en la estrategia "Europa 2020" se basan en un crecimiento inteligente, sostenible e integrador a partir de cinco objetivos: empleo (el 75% de la población entre 20 y 64 años debe estar ocupada); investigación e innovación (el 3% del PIB de la UE se ha de invertir en I + D); cambio climático y energía (objetivo 20/20/20); educación (el 40% de la generación más joven debe tener estudios superiores finalizados y el porcentaje de abandono escolar debe ser inferior al 10%); lucha contra la pobreza (el riesgo de pobreza ha de amenazar a 20 millones de personas menos). En resumen, la traducción es que la Comisión para el periodo 2014-2020 quiere apostar dinero en el crecimiento y el empleo y la cooperación territorial europea.

Esta voluntad de construir Europa por medio de la cooperación se debe a que corremos el riesgo de que estamos construyendo una "Europa sin europeístas" o carente de legitimidad social, por eso los programas que nos brinda Europa son herramientas para acercar y difundir los valores de Europa y tratar a la vez de reformularla. De hecho, entre todos debemos entrever la contradicción que supone que la política monetaria, fundamentada en la búsqueda de la estabilidad de precios esté cedida en Bruselas, mientras que por el contrario, la política fiscal, entendida como los programas de gasto público y los impuestos, recaiga sobre los propios estados de forma poco cohesionada, esta asimetría hace que el funcionamiento del sistema europeo sea del todo "no óptimo". Por lo tanto, la actual situación pone de manifiesto el debate sobre la necesidad de una política fiscal más "vinculada y coordinada". Siempre he defendido y defenderé la importancia de la subsidiariedad, es decir el mundo local y autonómico seguro deberían tener un rol y una autonomía a todos los niveles aún más importante, por lo que, el mismo tejido productivo tendría mejores condiciones o entorno para operar.

¿Qué podemos hacer desde la Cataluña Central? En primer término, al analizar los deberes hechos en el periodo actual 2007-2013 por parte de los agentes públicos y privado... queda patente cómo de igual forma que en la mayoría de los territorios periurbanos o fuera del área metropolitana, en el futuro tengamos que ser más proactivos o ambiciosos. En segundo término, Europa no es sólo una oportunidad para pedir programas europeos por parte de entidades públicas o centros de conocimiento, hay que tener muy presente que es una ventana llena de oportunidades financieras y relacionales para las empresas y al mismo tiempo, las personas . Las oportunidades de Europa para las Pymes son comerciales, de apoyo a procesos de I + D colaborativos, para atraer talento, etc. una corresponsabilidad que recae por tanto entre las empresas y las administraciones. Y qué decir de la oportunidad para los ciudadanos ...

Y acabo plagiando a una frase de un célebre escritor que me esgrimió un colega hace unos años, "el futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad".