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'Flagships', Amazon y éxodo rural: los grandes bajan la persiana en Ávila, Soria...

13/03/2018 Área: Formación y Empleo Fuente: El Confidencial

  • Ávila es una de tantas capitales de provincia con una oferta comercial cada vez más pequeña. La pérdida de población, la fuga de jóvenes y el auge de la venta 'online' restan atractivo a sus calles.

Artículo de Marina Valero, publicado en El Confidencial.

Es una de las pocas ciudades españolas sin Zara, y ahora acaba de quedarse sin Oysho. Ávila no termina de encajar en los planes de las grandes empresas textiles: algunas se van (como Inditex con la firma de ropa interior) y otras nunca estuvieron, véase H&M, Primark, Sfera, Desigual, Cortefiel, Pimkie o C&A. Tampoco hay ningún centro de El Corte Inglés. La pregunta es... ¿por qué?

El envejecimiento de la población, la baja natalidad y la fuga de jóvenes que abandonan la ciudad para cursar estudios universitarios resta atractivo a las calles comerciales de Ávila, donde Mango bajó la persiana hace un año. El último ha sido Oysho, del grupo Inditex, si bien ha esperado al fin de las rebajas para decir adiós a los abulenses en formato físico. La multinacional fundada por Amancio Ortega sigue llegando al pueblo más remoto de la región a través del canal 'online', su gran apuesta para crecer a corto-medio plazo tanto en España como en el mundo.

He aquí otro de los factores. El empuje del 'e-commerce' está desplazando a una parte de los clientes, ahora acostumbrados a comprar por internet lo que antes encontraban en tiendas físicas. "El termómetro a seis grados bajo cero echa para atrás. Muchos se pasan a la venta 'online' porque les da pereza salir de casa", cuenta María Navarro, fundadora de la tienda de ropa Bohéme. Tanto esta comerciante como Ana Collado quieren aprovechar el hueco que los gigantes están dejando con iniciativas diferentes en pleno casco histórico.

"Ávila se está marchitando. No podemos dejar que muera", sostiene Collado desde su tienda recién inaugurada, Ávila Village. Se trata de un ‘outlet' de marcas de lujo como Hugo Boss, Levi's, Calvin Klein, Guess, Michael Kors, Carolina Herrera o Geox con el que esta emprendedora trata de evitar que los abulenses se vayan de compras a Madrid o Valladolid porque no encuentran lo que buscan en su tierra. Todas las prendas que vende están fabricadas en Europa, y ocupan un espacio que antes pertenecía a Kiddy's Class (Inditex).

Soria, Zamora o Palencia, ¿mismo problema?

Las grandes marcas "no cuentan con una demanda activa constante en algunas provincias de Castilla y León", ratifican desde Sanvills Aguirre Newman. Es el caso de Ávila, Zamora, Soria o Palencia, cuya recuperación del consumo es más lenta que en otras ciudades. Se salva Segovia gracias al impulso del turismo, así como Burgos, Valladolid, Salamanca o León, mercados muy activos sin locales libres que cuentan con más población y un número importante de residentes universitarios, añade Paola Tellols, directora de desarrollo de nuevos mercados 'retail' en esta consultora inmobiliaria.

Mango es otra de las firmas que han dicho adiós a Ávila.

Y no solo son marcas de moda. La emblemática Librería Católica, fundada en 1863, no ha sobrevivido al inicio de 2018 en las calles abulenses. Lo mismo ocurre con Perfumerías If, absorbidas por Douglas después de que Eroski las vendiese a finales del año pasado, si bien la multinacional alemana no ha querido continuar en Ávila. Fuera existen casos similares. Inditex cerró su tienda Kiddy's Class en el centro comercial Luz de Castilla (Segovia) para centrarse en otro local que tiene en el casco histórico, hizo lo propio con Zara, Bershka, Stradivarius y Oysho en Ponferrada (León) y bajó la persiana de Bershka en Soria, otra ciudad donde los cierres no cesan. Sus comerciantes lo achacan a la venta 'online' y al elevado precio de los alquileres. Ni Soria, ni Segovia ni Ávila cuentan con la presencia del buque insignia de Inditex.

Zara ya reculó en su decisión de abandonar Palencia en el último momento, después de que sus 21 trabajadores recogieran más de 7.000 firmas en contra del cierre. Lo que sí ha hecho es prescindir de Pull & Bear en el centro comercial Las Huertas. La misma suerte correrá la única tienda ​Bershka en esa ciudad, en la céntrica calle Mayor. El centro neurálgico del comercio palentino mantiene 40 locales vacíos y está repleto de carteles de ‘Se vende', como informa ‘El Norte de Castilla'.

No hace falta irse a las capitales de provincia para ver cómo los gigantes de la moda están sacrificando unas cuantas tiendas de barrio en favor de grandes y cuidadas ‘flagships' con una superficie mucho mayor. "A menudo están pagando infraestructuras, mantenimiento y gastos de personal por una caja que no les compensa. Prefieren tener un superlocal de 10.000 metros cuadrados en la Castellana antes que 17 más pequeños y repartidos por España", indica el consultor de moda Marcos Álvarez.

Un ejemplo es Inditex. La cadena ha reorganizado su red de tiendas en los últimos años, dando salida a locales secundarios para concentrar su actividad en tiendas de referencia o ‘flagships'. De hecho, ha pasado de 2.000 a 1.787 puntos de venta (en 2016) en apenas un lustro.

El sector textil prevé vender entre un 30% y un 40% a través de internet en el plazo de cinco años. Mango quiere alcanzar el 20% en 2020

A cierre de 2016, España contaba con 62.201 puntos de venta en el sector de la moda, apenas un 1% más que el año anterior. Si se compara con 2006, el número de tiendas ha caído un 15% en una década. Son conclusiones del último informe de la Asociación Empresarial del Comercio Textil (Acotex), que no ofrece datos desglosados por comunidades autónomas ni provincias a excepción de Madrid (con 8.056 locales).

El presidente de esta patronal, Eduardo Zamácola, pone nombre al desencadenante de los cierres: "Amenaza Amazon". El sector textil prevé efectuar entre un 30% y un 40% de sus ventas vía 'online' en el plazo de cinco años cuando actualmente no supera el 10%, explica a este periódico. Mango pretende llegar al 20% como mínimo en apenas dos años.

El cambio en los hábitos de consumo es clave. "Cada vez vamos menos a las tiendas físicas. La afluencia de clientes está cayendo a doble dígito" tanto en la calle como en los centros comerciales, y por eso estos últimos han puesto en marcha estrategias de lo más imaginativas para cortar la sangría. "Nadie va a un centro donde no estén las locomotoras de la moda", matiza Álvarez.

Unos se marchan y otros aterrizan, como el 'outlet' Ávila Village.

Aun así, los pequeños comerciantes abulenses resisten y compiten con nuevos formatos (como Ávila Village), poniendo buena cara al mal tiempo. "Las tiendas tradicionales tienen especial relevancia en los centros históricos de ciudades que, como la nuestra, son Patrimonio de la Humanidad y reciben un número importante de turistas" sobre todo en verano, indica Collado.

Esta emprendedora no trabaja con intermediarios para poder ofrecer precios bajos, al igual que María Navarro. La dueña de Bohéme se refiere a Ávila como "un mercado muy difícil, y más ahora que las grandes marcas se están yendo" [es decir, menos afluencia en las calles]. Desde hace dos años, hay más cierres que aperturas, comenta con una sensación agridulce. "Es un arma de doble filo. Por una parte te motiva, porque dejan hueco a los que estamos luchando para que nuestra ciudad prospere, pero por otra te deprime porque dices: si este gigante está cerrando, ¿qué puedo hacer yo?".

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