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ARA entrevista a Mª José Rodríguez, que habla de la situación de la mujer en el medio rural y apunta algunas acciones para corregir la situación de desigualdad que sufren las mujeres rurales.

-¿Cuántas mujeres hay trabajando en el equipo técnico del Grupo?

Actualmente somos dos mujeres, la técnica y yo misma ya que la merma de fondos y el período transitorio tan largo ha imposibilitado poder disponer de más personal. Si bien desde que ocupo la gerencia del GDR, el equipo técnico ha estado equilibrado en cuanto a mujeres y hombres. Por ejemplo, en el marco de programación anterior el equipo técnico estaba compuesto por la gerencia, como ejemplo, tres mujeres técnicas y un administrativo hombre.

-¿Contáis con alguna medida o plan de igualdad en el Grupo?

No hay implantado un plan de igualdad como tal en el GDR Arco Noreste de la Vega de Granada tal vez porque desde siempre las medidas de igualdad han estado asumidas a nivel técnico tanto por mi parte como por el resto del equipo. En estos momentos, estamos trabajando en un documento a nivel de Asociación, que plasmará medidas tanto para las personas trabajadoras como para las entidades asociadas. En resumen, este documento no será más que el reflejo de las prácticas habituales, además de la incorporación de otras acciones que supongan un avance.

"La conciliación de la vida laboral y familiar en el medio rural tiene aún un gran camino por recorrer"

-¿Cuál es su experiencia respecto a la conciliación de la vida familiar y laboral en el medio rural?

Mi experiencia personal es que la conciliación ha sido difícil en ocasiones e incluso yo diría que inexistente. Esto lo he solucionado intentando llegar a todo (vida profesional y familia) como he podido, entre otras cosas, porque no he tenido nadie en mi núcleo familiar con quien pudiera conciliar.

A nivel del GDR, he intentado mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado al trabajo y a mi familia (a mi hijo en este caso) y creo que lo he conseguido. A nivel general, la conciliación de la vida laboral y familiar en el medio rural tiene aún un gran camino por recorrer. En los últimos años ha habido algunos pequeños avances, pero aún queda mucho por hacer. Además, cuando se intentaconciliar, siempre se habla de facilitar que las mujeres puedan conciliar y no hay un feed-back, es decir, que todos y todas, hombres y mujeres puedan conciliar. Es decir, si siempre facilitamos que la mujer sea la que tenga que conciliar nunca llegaremos a interiorizar en los hombres su responsabilidad de conciliación y es su derecho también. Esto provoca un efecto perverso y de nuevo volvemos al principio que no es otro que "asumir" que es la mujer la que tiene el papel y "obligación" de dedicarse a ambas tareas; productivas y reproductivas.

-¿Crees que la brecha salarial entre mujeres y hombres es más pronunciada en el medio rural?

Sinceramente, no creo que sea así, si partimos de la base de que a igual trabajo, menos dinero. La brecha salarial entre mujeres y hombres ocurre en general en la sociedad si bien puede ser que las estadísticas digan lo contrario). Sin embargo a nivel cualitativo sí pienso que existe una brecha, que va más allá de la ecuación, a igual trabajo menos salario, ya que en el mundo rural aún existen más dificultades para incorporarse a un puesto de trabajo. La falta de equipamientos e infraestructuras (centros infantiles, centros de atención a mayores, etc.), impiden conciliar la vida familiar y laboral, y en la mayoría de los casos son las mujeres la que renuncian a trabajar fuera de casa, o aceptan contratos a tiempo parcial. Ello, por supuesto, provoca falta de poder adquisitivo (prestaciones por desempleo, pensiones más pequeñas o inexistentes, etc.). Esto también es brecha salarial.

"Los roles de género tradicionales se mantienen de manera acentuada en el medio rural"

-¿Consideras que en el medio rural se notan más las diferencias de género que en las ciudades?

Soy una mujer que vive en el medio rural por origen y por elección personal y creo que en algunos aspectos, como los que tienen que ver con las tradiciones, con la cercanía en las relaciones que supone vivir en un municipio pequeño (que también tiene sus ventajas) pueden evidenciar más las diferencias de género. El pertenecer a una familia monoparental (madre soltera), el querer dedicarse a alguna profesión u oficio tradicionalmente desempeñado por hombres, el acceder a puestos de responsabilidad y dirección en entidades, empresas, o incluso en cargos públicos, o ser empresaria en algunos sectores... aún provoca desconfianza y se percibe como algo negativo de manera muy pronunciada en el medio rural. Pero mi experiencia vital me ha enseñado que en las ciudades tampoco está "la cosa mucho mejor".

-¿Piensas que también el medio rural existe el "techo de cristal" para las mujeres, ese límite invisible autoimpuesto para no progresar laboralmente?

Sí, por supuesto. La igualdad de oportunidades es un derecho sobre el que tenemos que trabajar y la desigualdad se manifiesta en todos los ámbitos sociales de la misma manera.

-Define en pocas palabras qué es para ti ser mujer en el medio rural

Para mí ser mujer en el medio rural es ser una superviviente. Los roles de género tradicionales se mantienen de manera acentuada en el medio rural al igual que se mantienen otras costumbres, aunque cuando hablamos de género lo es de manera más negativa. Por otro lado, ser mujer en el medio rural también supone una garantía de la supervivencia del mundo rural, de un mundo rural poblado y con futuro.

"Los Grupos de Desarrollo Rural contribuimos al avance de la igualdad de oportunidades en el medio rural porque entendemos que el desarrollo rural no es posible si uno de sus cimientos es la desigualdad"

-Propuestas para mejorar la situación de la mujer: ¿formación, sensibilización, financiación...?

Sin sensibilización, sin información, ni formación no es posible cambiar los roles establecidos, pero sin una financiación adecuada, las acciones de sensibilización y formación tampoco son posibles. Hay que trabajar desde la infancia, con las niñas y niños de nuestros pueblos, hay que trabajar en el ámbito público, y hay que seguir apoyando políticas de financiación de apoyo al mundo rural que posibilite tener equipamientos y herramientas adecuadas para facilitar los cambios.

Desde los Grupos de Desarrollo Rural venimos trabajando estos aspectos desde hace muchos años, con más o menos aciertos, pero creo que hemos contribuido de manera muy positiva en el avance de la igualdad de oportunidades en el medio rural, y lo hacemos, no por imposición, sino porque entendemos que el desarrollo rural no es posible si uno de sus cimientos es la desigualdad.