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Artículo de J.M. Ayala, publicado en ABC Castilla y León.

Los efectos de la despoblación hacen estragos se mire por donde se mire y el futuro no pinta nada bien. Son ya 653 municipios -cerca del 30 por ciento del total y 158 más que hace diez años- los que contaban con menos de cien habitantes a 1 de enero de 2017. Son localidades en riesgo de extinción por su situación actual y por la escasa esperanza de que pueden revertir la tendencia de pérdida constante de población tanto por los fallecimientos de sus vecinos de más edad -y mayoritarios- como por la ausencia literal de jóvenesque refuercen un padrón que va de menos a menos.

Los datos ofrecidos hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística no dejan margen para el mínimo optimismo: las localidades sin niños menores de cinco años se elevan hasta los 613, lo que supone el 27,2 por ciento del total y 168 más que hace diez años, cuando había 445 pueblos en esta situación. El número de municipios sin pequeños no ha dejado de crecer en todas las provincias de la Comunidad con especial incidencia en el caso de Soria, donde en más de la mitad de sus localidades -101 de un total de 183- no ha habido ningún nacimiento o no se ha empadronado nadie de esa edad procedente de otro lugar al menos en los últimos cinco años. En la misma situación se encuentran 130 ayuntamientos de Burgos, 84 abulenses, 80 salmantinos y 61 palentinos. Tampoco pueden ver jugar ya a los niños en los parques de 52 pueblos segovianos, 48 de Valladolid, 46 de Zamora y 11 de León.

Aunque lógicamente la ausencia total de los ciudadanos más jóvenes se da en los municipios menos poblados de la Comunidad, el descenso de menores se ha generalizado y también se da en las principales ciudades de la Comunidad como consecuencia de la reducción de nacimientos de los últimos años unida a la menor llegada de inmigrantes. Así, en 2017 había un total de 87.322 niños de menos de cinco años residiendo en la Comunidad frente a los 93.906 que había diez años antes (6.600 menos). La caída es aún más acusada si se compara con el año 2010 cuando se alcanzó la cifra récord (en lo que va de siglo) de 102.915, 15.500 más que el pasado ejercicio.

Sólo en la provincia abulense hay más pequeños ahora que entonces, mientras que en el resto de territorios la disminución es considerable, especialmente en Salamanca y en Zamora, aunque de nuevo Soria está a la cola -también afectada por su menor población- con apenas 3.212 en toda la provincia.

Las capitales también

Pese a lo que pudiera parecer las capitales no se libran de esa sangría -algunas ciudades-dormitorio de los alfoces sí- y de nuevo sólo en Ávila se constata un aumento importante -2.500 frente a 1.500-. Así, si en 2007 el 45 por ciento de los menores de cinco años se encontraban en alguna de las nueve «grandes», diez años después ese porcentajes sólo ha aumentado un punto porcentual.

Respecto al incremento sustancial de los pueblos con menos de cien habitantes, también se da en todas las provincias con Soria de nuevo a la cabeza -116- y con incrementos especialmente significativos en Ávila, Zamora (casi el doble en diez años), Salamanca y Segovia. Esta subida hace que sean ya casi 40.000 los ciudadanos de la Comunidad que viven en pueblos en peligros de extinción.