REDR

El Concello de Viana no ha implantado el cheque bebé ni tiene por ahora intención de hacerlo. El alcalde, Secundino Fernández (BNG), respeta y valora la medida, pero cree que hay alternativas mucho más eficaces para fijar población. "Políticas de servicio", dice, orgulloso de que la gente joven, y sobre todo las familias, hayan apostado no solo por vivir y trabajar en el rural, sino por quedarse en Viana, un ayuntamiento de la montaña oriental, extenso en superficie pero muy pequeño en población (2.982 vecinos).

Mientras a su alrededor los índices de natalidad siguen cayendo, Viana do Bolo experimenta un baby boom que arroja luz sobre el oscuro invierno demográfico que sufre la provincia de Ourense, donde solo se registra uno de cada diez nacimientos en Galicia. Desde hace unos años, este municipio es una excepción, un oasis infantil. En el CEIP Bibei hay 38 niños de 3 a 6 años y la guardería (20 plazas), aunque parezca increíble, tiene lista de espera. Siete niños este curso se han quedado fuera "y otros ya ni siquiera hicieron la preinscripción porque sabían que no habría plaza", afirma la directora, Sonia Bermúdez, mientras hace recuento de los que vienen en camino. Esta semana nació una niña, en enero viene otro, una familia espera mellizos...

"Realmente es una alegría, una satisfacción para todo el pueblo de Viana que haya tantos niños", apunta Secundino Fernández, que avanza que ha solicitado al consorcio que gestiona la red Galiña Azul de la Xunta la incorporación un módulo más en la guardería. También ha pedido al Sergas que el pediatra consulte dos días en lugar de uno en Viana. "Conseguimos revitalizar el rural y la Xunta nos tiene que apoyar en esto", añade.

A 10 kilómetros de Viana está Vilariño de Conso, donde las sillas vacías por la falta de natalidad las ocupan los niños del concello vecino. "De 20 plazas tenemos 9 cubiertas y la mayoría vienen de Viana", describe la coordinadora del Punto de Atención á Infancia, PAI, de Vilariño, Yolanda Rodríguez.

De los casi tres mil vecinos que hay en Viana, 60 tienen menos de 5 años, 47 de ellos en el tramo de 0 a 3 años, según el padrón municipal de 2016. Estos números se traducen en un griterío escolar durante la hora del recreo que ya no existe en otros pueblos del rural, y en quedadas de familias con niños en el parque los domingos por la tarde. "Desde que llegamos al Concello asumimos como un reto fundamental fijar población aplicando desde el primer día políticas de servicio para que las familias tengan una vida cómoda en Viana", explica el alcalde. Actividades lúdicas y culturales, ayudas para realizar excursiones, pista de patinaje...

Un "resurgimiento de Viana" que se nutre también de los contratos que genera la mina de Penouta, la actividad emprendedora de jóvenes que han abierto negocios que no existían como una óptica o una clínica de fisioterapia, o iniciativas agrarias. "Todo esto crea familias", concluye el alcalde.