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Un estudio sobre medidas fiscales en zonas rurales o impulsar la asistencia bancaria en núcleos despoblados son algunas medidas añadidas a última hora en el documento que marcará el destino de las inversiones económicas tras el coronavirus.

Artículo de Enrique Delgado Sanz, publicado en ABC.

El plan de Reconstrucción Nacional ya tiene sus conclusiones definitivas aprobadas en el Congreso. Salvo el bloque de medidas sociales, el resto de apartados salieron adelante por distintos consensos entre los partidos políticos, también el de Reactivación Económica, aprobado este mismo miércoles, y en el que se incluyen las principales medidas en favor de la España vaciada. De esta manera, ya hay un marco general con el que el Gobierno se comprometió y que ha de servir como guía para desarrollar las inversiones económicas, especialmente las inyecciones de capital provenientes de Europa tras el coronavirus.

Las negociaciones de última hora posibilitaron que se aprobaron nuevas enmiendas, a las que ha tenido acceso ABC, y que se han incorporado al texto definitivo. La mayoría fueron rubricadas entre Teruel Existe y el PSOE a partir de las enmiendas que el grupo encabezado por Tomás Guitarte no consiguió sacar adelante en los debates anteriores.

Una de ellas es el estudio de medidas fiscales en favor de empresas, familias y emprendedores que contribuyan a la recuperación económica y demográfica en las zonas rurales más frágiles. El principal escollo para que esta medida finalmente se implemente puede estar en las reticencias de los Ministerios afectados a la hora de dar luz verde a la iniciativa. En una línea similar, el dictamen definitivo también contempla un impulso a la asistencia bancaria en núcleos rurales para que nadie se quede sin este servicio.

También son relevantes dos modificaciones en sendos epígrafes que enumeran los aspectos que han de tenerse en cuenta a la hora de repartir fondos económicos. Uno hace referencia al marco financiero plurianual con Europa y otro al fondo de recuperación europeo recientemente aprobado. Ambos añadidos hacen mención expresa a las zonas despobladas como posibles beneficiarias de las inyecciones económicas.

Digitalización y oficinas contra la despoblación

No obstante, antes de que se incorporaran estas últimas enmiendas, ya existía un apartado dentro del dictamen de Reactivación Económica en el que se incluía el grueso de las medidas específicas para los territorios despoblados. Aquí figuran, entre otras iniciativas, completar la digitalización y garantizar la conectividad por banda ancha en todo el territorio, impulsar la actividad industrial en el mundo rural, crear un mapa para jerarquizar los distintos territorios en función de la gravedad de la despoblación que sufren, poner en marcha oficinas contra la despoblación, apostar por un sistema mallar de infraestructuras de transporte o asegurar el acceso a la educación, la sanidad, la dependencia y los servicios administrativos y financieros, así como la calidad de los mismos.

La votación en el pleno de la Cámara Alta de los distintos dictámenes era el último trámite parlamentario que le faltaba al plan de Reconstrucción, que previamente se configuró gracias a las aportaciones de los distintos partidos políticos en los grupos de trabajo creados a tal efecto. Tres de sus dictámenes salieron adelante y, aunque no obligan al Gobierno a su cumplimiento, sí deberían fundamentar la hoja de ruta del Ejecutivo para abordar la crisis provocada por el coronavirus. De momento, la España vaciada se ha ganado un hueco. Después habrá que ver si esta declaración de intenciones se convierte en realidad.