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La Red Española de Desarrollo Rural entrevista a Albert Puigvert, coordinador de la Associació d'Iniciatives Rurals de Catalunya (ARCA), la red que agrupa a los 11 Grupos de Acción Local LEADER de Cataluña.

Con la Agenda Rural, Cataluña dispone de una hoja de ruta que prioriza las necesidades de las zonas rurales, promueve su mejora, revitalización y, en zonas específicas, ayuda a afrontar el reto demográfico. Significa tener por escrito, documentadas, priorizadas y reconocidas territorial e institucionalmente, las principales necesidades, reivindicaciones y propuestas para la mejora de las condiciones de vida de las zonas rurales. La Agenda Rural de Catalunya (AR)  es un proyecto para la armonización, modernización y equidad territorial de nuestra región.

La Agenda Rural aspira a ser el eje para recuperar la centralidad que le corresponde a lo rural, quiere poner el acento y el valor que le corresponde a las zonas Rurales en las políticas.  Es una oportunidad para corregir y enmendar el sentimiento de ser tratados injustamente desde las zonas rurales y adjudicándoles un papel de "traspaís", de trastienda... Puede ser la herramienta para superar la perspectiva de lo rural como espacio "subsidiario" a lo urbano. La AR debería ser el contrapeso-armonizador necesario a la agenda urbana. Herramientas, las dos, necesarias para plantear un futuro resiliente, justo, arraigado y mejor para todo el territorio. Hemos de tener en cuenta que las zonas consideradas rurales en Cataluña superan el 70% de la superficie y solo albergan el 10% de la población.

En Cataluña y Europa en general, vivimos la HIPERTROFIA de planes, agendas, estrategias sectoriales y proyectos de innovación de las administraciones. Muchas veces, estos documentos son contradictorios los unos con los otros y, más allá de las energías positivas generadas en un inicio, acaban generando frustración y acumulando polvo en las estanterías al tiempo que ocupan absurdamente bytes en las webs ministeriales y de los gobiernos autonómicos, sin más. Visto en perspectiva, en el fondo han servido de muy poco para transformar la realidad y mejorar la vida de los habitantes del territorio. La AR aspira a ser el documento priorizador y estructurador de este desaguisado y que, a nuestro entender, tiene mucho potencial. De cómo se articule la gobernanza de la Agenda, de cómo utilizamos la herramienta, la actualicemos y consigamos que sea de uso común y transversal, y sepamos aplicarla y hacerla más o menos efectiva, dependerá el éxito del proceso y dará más o menos sentido a la existencia de una Agenda Rural a largo plazo.

Nos hemos implicado con todas nuestras fuerzas y recursos en el proceso de planteamiento y redacción y nos sentimos impulsores de la Agenda Rural de Cataluña.  Podríamos decir que los Grupos de Acción Local, ARCA y las entidades municipalistas (ACM i AMC) y el CADS, siempre con el apoyo del DACC y la secretaría de Agenda Rural, han tenido un papel central y clave en la redacción y propuesta de la Agenda Rural, eso sí, contando con la implicación y apoyo inestimable de las 35 entidades sectoriales, transversales y diversas con implantación territorial reconocida (la Comisión Motora).

Todo empezó el 2019 en un viaje exploratorio de experiencias LEADER con los GAL Catalanes a Valonia.  Durante la visita a la sede de la ENRD, Paul Soto nos puso encima de la mesa un documento que acababa de salir del horno, la Agenda Rural Francesa, como buena práctica europea. Volvimos con la convicción de que una AGENDA RURAL podría ser una buena herramienta para Cataluña. Así nos pusimos manos a la obra, en coordinación con el entonces director general de Desarrollo Rural, ahora secretario de Agenda Rural, Oriol Anson y su equipo. Así pues, se consiguió que la Comisión Interdepertamental pel Despoblament, encargara a una Comisión Redactora el proceso de Agenda Rural para Catalunya (constituida por l'Associació de Municipis de Catalunya, l'Associació Micropobles de Catalunya, el Consell Assessor per el Desenvolupament Sostenible de Catalunya y ARCA).

Bottom-up, agentes diversos y representativos, equilibrio-paridad y territorialidad, colaboración y transversalidad... Las bases de la metodología Leader han sido las premisas para que todo el proceso de discusión, planteamiento, redacción y priorización de la Agenda Rural llegasen a buen puerto.

Los números hablan por sí solos... más de 1200 personas implicadas y que han hecho aportaciones diversas, más de 350 entidades y organizaciones de las zonas rurales de todo tipo que han aportado sus planteamientos, propuestas y opiniones en la multitud de mesas de trabajo temáticas y las sesiones territorializadas son nuestro mayor argumento. Pero más allá de la valoración cuantitativa, estamos más que satisfechos con la valoración cualitativa, y al resultado final me remito, el documento aprobado el pasado mes de mayo por el gobierno Catalán (contiene 890 acciones que aportan soluciones a los principales retos de los territorios rurales catalanes).

Desde la Comisión Redactora hemos querido ser muy ESTRICTOS Y RESPETUOSOS durante todo el proceso participativo, sin injerencias preconcepciones ni propuestas "de consultoría". De tal forma que el documento final no es más que la evolución del primer borrador que salió de una hoja en blanco, solo partiendo de ocho retos -que se llenaron con más de 4000 inputs-propuestas iniciales que hicieron las organizaciones y particulares, y que se han ido puliendo, organizando, limando y quitando generalidades, propuestas demasiado locales y redundancias a lo largo de las mesas temáticas y territoriales subsiguientes.

Hemos querido ser extremadamente respetuosos, NO sólo con los territorios, sino con la diversidad de actores presentes en nuestras ricas y diversas ruralidades de Cataluña. Llama la atención la casi "perfecta paridad" y total diversidad de quien ha aportado. En este sentido, podemos decir que han estado todos o casi todas representadas en el proceso y que se han escuchado y recogido todas las voces. Desde los agentes clásicos y más arraigados (más o menos conservadores), hasta las nuevas corrientes y agentes más innovadores (asociaciones de la propiedad forestal, grupos de interés rural, centros tecnológicos, patronales, sindicatos, patronales, redes culturales, de jóvenes, scouts, representantes de la economía social colaborativa y grupos conservacionistas...).

Valor destacado, el papel de la Comisión Motora. Para garantizar un proceso transparente, participado y "reconocido", hemos contado con la Comisión Motora, 35 entidades que se han implicado a lo largo de todo el proceso, en especial en la fase de priorización de las propuestas.

Partimos de 8 retos y, debido a las redundancias entre los dos primeros bloques, se unificaron el reto "personas y bienestar" con el de "reto demográfico" acabando así con los 7 del documento final. 

Estamos realmente MUY CONTENTOS de cómo ha quedado el documento final y, más aún, de la priorización de 275 de las acciones y la definición de 59 de ellas como estratégicas (importantes para una ejecución real de la Agenda - sin priorizar, la ejecución es inabarcable  "de golpe"-). Quizás se pueda pensar que es demasiado extenso, y que 892 acciones pueden ser demasiadas, pero no. Creemos que tratan con la profundidad necesaria cómo se debe abordar, por la vía de la acción, para la mejora de nuestros territorios desde todos los ámbitos clave. Elementos como la importancia de las infraestructuras de apoyo y producción cultural y los servicios a la población, a veces olvidados, están muy presentes a lo largo del documento, más allá de las reivindicaciones más clásicas, y por esto no menos necesarias, de vivienda, nuevas infraestructuras digitales, dinamización económica multisectorial des de una visión regenerativa y muy respetuosa con los valores naturales que nos sostienen... Hemos dedicado poco tiempo a diagnosticarnos, conocemos bien nuestra realidad próxima (para esto hemos, paralelamente, actualizado el Atlas del Mundo Rural de  Cataluña), y nos hemos centrado en las propuestas que son más o menos complejas de conseguir, pero esto es ahora tarea de todos. (https://www.desenvolupamentrural.cat/projectes/larca/atles-mon-rural-2022)

Fruto de todo hemos logrado que se apruebe una Agenda atrevida y transformadora para las zonas rurales de Cataluña.

Básico, es uno de los ejes clave de la agenda rural de Cataluña. En cada reto hemos ido identificando, y separando, las propuestas de fiscalidad, norma y legislación sobre los que hay que actuar para facilitar la definición práctica y concreta que permita la ruralización de las políticas o el rural proofing, como viene diciéndose... Concretamente, el 15 % de las propuestas que recoge la Agenda Rural tienen una relación directa con la legislación, lo cual es un porcentaje muy elevado que dibuja la importancia de adaptar la normativa a las necesidades de las zonas rurales.

Tenemos identificadas diversas trabas burocráticas, normas sectoriales cruzadas, interpretaciones restrictivas que deberían anularse, modificarse o acompañarse con guías interpretativas para que los funcionarios de nuestras administraciones territoriales, locales, secretarios, interventores... puedan adaptar y facilitar la existencia de actividades, mejoras, infraestructuras del todo necesarias, y ahora inviables con el marco normativo-interpretativo vigente.

El reto está en hacer efectivo el despliegue de la multitud de propuestas. Para esto se necesita el compromiso del gobierno y todas sus áreas de gestión, rubricado en el acuerdo del mayo pasado. Así pues, nos queda por delante mucha revisión e interpretación de la norma, edición de guías interpretativas de la norma vigente desde una óptica rural, reflexión ante las convocatorias de ayudas, planes y programas y su impacto diferencial en lo urbano y lo rural... Mas allá del gobierno, hará falta el compromiso y trabajo del Parlament de Catalunya, para que legisle, revise e interprete la legislación vigente (compromiso explicitado en la moción del Parlament del mes de noviembre pasado). Más allá del ámbito catalán, la agenda también identifica los elementos de mejora en normas estatales o europeas, para lo que se deberá buscar aliados si se quiere conseguir los cambios necesarios en órbitas que no están bajo la competencia directa de la administración catalana. Para que el ámbito administrativo y legislativo funcione, aquí es básico que la sociedad civil siga actuando para que interprete, valide, opine sobre la utilidad de unas u otras medidas a medida que se vayan ejecutando.

De hecho, ya se está avanzando en diversos frentes para atender a las peticiones de la agenda:

• Se ha constituido un grupo de trabajo para la redacción del "estatuto del municipio rural de Catalunya".
• Se han modificado ciertas limitaciones urbanísticas para que los hijos de agricultores puedan construirse una casa cerca de la masía de origen, entre otras incluidas en la ley de acompañamiento de los presupuestos 2022.
• Se está tramitando la nueva Ley de Montaña y están avanzando los trabajos de la nueva "llei de Territori" que deberían incluir propuestas sobre el trato del espacio y norma urbanística en suelo rústico.

Se presentará en breve el Decreto de tierras, que hará efectiva la Llei d'Espais Agraris.

De momento todo son buenas voluntades, esperemos que den fruto con un nuevo marco normativo que facilite la vida a la gente en el medio rural. Así pues, queda mucho por hacer, pero algo se mueve después de la Aprobación de la Agenda...

En la línea de los 7 retos que identifica la Agenda Rural, de manera resumida:

1. Corsé burocrático-administrativo. En el ámbito rural se agudiza la problemática general de nuestra administración, que se focaliza en el papel, al formulario y no al servicio u objeto. Plazos de revisión y tramitación eternos, junto a la tan anhelada, como inexistente, ventana única ante todo tipo de tramitación de actividad económica, impiden o coartan muchas veces la capacidad emprendedora rural, menguando su capacidad de renovación, innovación y el pleno desarrollo de nuestras zonas rurales.  Mención aparte, la tarea de los profesionales-funcionarios locales, secretarios e interventores, arquitectos e ingenieros que lo tienen muy difícil si quieren facilitar la tramitación de nuevas actividades, inversiones o proyectos si no se les facilita una "guía interpretativa" que les garantice seguridad jurídica cuando deben tomar decisiones sobre ámbitos competenciales no concretos, o actividades no tradicionales-comunes, que es donde la norma es fácil de interpretar. La situación actual es de ABSOLUTO BLOQUEO y sensación de desborde constante del sistema público.  
2. A mi entender, haría falta una revisión de los ámbitos competenciales, para solucionar o esclarecer los problemas de competencias cruzadas, armonización interdepartamental y hacer efectivas unas agendas compartidas entre las diferentes administraciones y organizaciones (general, autonómica, provincial, comarcal, local, sociedad civil).
3. Vivienda. Ha llegado "la moda" de hablar de la despoblación, del reto demográfico, pero no es más que demagogia pura hablar de repoblación sin vivienda disponible, no tiene sentido plantearse según qué políticas de dinamización territoriales básicas en el marco legal actual. Movilizar el parque de vivienda privado deshabitado para que esté disponible y en condiciones, flexibilizar la norma urbanística para la vivienda compartida en masías y casas de pueblo (y otras formas emergentes e innovadoras de vivienda compartida y coliving) y facilitar la evolución del parque público deberían ser prioridades elementales e URGENTES, si queremos que nuestros pueblos se revitalicen y nuestra juventud no tenga que irse a la capital de comarca para encontrar vivienda asequible.
4. Transición energética, distribuida y participada. Y aquí estamos... después de más de diez años de reivindicación, tenemos el alud del cambio encima, sin un marco que facilite el claro establecimiento de las comunidades energéticas locales, entre otros retos sobre cómo y dónde ubicar las instalaciones masivas para que el beneficio sea repartido y el impacto sea mínimo, y para conseguir el cambio efectivo del sistema eléctrico en Cataluña.
5. No todo son "problemas", sino que el potencial de "lo rural" está en su capacidad de resiliencia y mantenimiento de los servicios ecosistémicos. Para ello, tenemos el reto de reprogramar nuestros sistemas de gestión, armonización y recuperación de actividades más o menos tradicionales y arraigadas, dando paso a su modernización (gestión forestal sostenible, mosaico agroforestal, silvopastura...). Al tiempo, deberíamos tener un plan de reconversión para el abandono de prácticas intensivas y promoción de la filosofía regenerativa, o sea, facilitar un tránsito REAL y sincero de la agroindustria a la agricultura arraigada y regenerativa, que respete i cierre ciclos y minimice los inputs negativos al sistema. Mas allá de hacerlo efectivo, debemos concienciar a la población de les servicios IMPRESCINDIBLES que un rural vivo y activo dan y darán a la población de todas las áreas rurales.
6. Relevo generacional de ciertas actividades rurales clave (relevo agrario, forestal, oficios...)
7. Reconexión Rural y Urbana.

¡Totalmente!  PROCESOS TERRITORIALIZADOS Y SISTEMAS DE GOBERNANZA ALTERNATIVOS LOCALES SON EL FUTURO ante la crisis sistémica que estamos viviendo... En estados más o menos descentralizados como el español, las Agendas Rurales territorializadas cobran sentido si realmente hay una apuesta gubernamental, pero también una implicación y co-gobernanza efectiva de las acciones y procesos con los actores territoriales y la sociedad civil. Sin estos dos ingredientes, estas agendas pueden acabar como las Agendas21 u otros productos y herramientas de aplicación voluntaria que se han dotado las administraciones o territorios en estas últimas décadas. Tiempo al tiempo, veremos si este es un caso más de esperanza colectiva frustrada, o realmente estamos construyendo, como así nos parece, una herramienta potente de transformación y equidad territorial de larga duración.