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Artículo de S.S, publicado en ABC.

La crisis demográfica en el ámbito rural que experimenta a Japón ha motivado a que el gobierno nipón ofrezca a las familias dispuestas a mudarse desde Tokio -con una población de 37 millones de personas en la zona metropolitana- una compensación de un millón de yenes (7081,47 euros) por cada hijo menor de 18 años.

Se trata del último proyecto para evitar el flujo de inmigración que recibe la capital, cuya población ha crecido un 16% a pesar de que el país lleva dos años en decrecimiento demográfico, tal y como adelantó el diario Japan Times.

La ayuda, que entrará en vigor a partir de abril según los medios de comunicación nipones, corresponderá a 10,000 familias en un proceso que se extenderá hasta 2027. Sin embargo, para recibir la ayuda será necesario residir durante cinco años fuera de la capital tras el desplazamiento y contar con un miembro de la unidad familiar que trabaje o este en proceso de abrir un negocio. De no cumplirse los cincos años, la familia tendrá que devolver el importe de la ayuda.

Está partida se une a los tres millones de yenes en ayudas que ya están disponibles para los habitantes del centro de Tokio que quieran desplazarse fuera de la urbe. Sin embargo, este proyecto no fue acogido con entusiasmo por los habitantes de la capital, ya que solo 71 familias se acogieron al mismo en 2019, 290 en 2020 y 1,184 en 2021, cuando el teletrabajo comenzó a extenderse.

Además, el gobierno de Japón cuenta desde hace décadas con un ministerio específico para revitalizar el área rural del país, como la incorporación de nuevas tecnologías para hacer más atractivo el empleo fuera de las ciudades o la construcción de instituciones y edificios públicos fuera de la capital nipona.

A pesar de ello, el número de nacimientos en Japón disminuyeron hasta los 811.604, el registro más bajo desde 1899, mientras que el número de centenarios supera los 90 mil frente a los 153 registrados en 1963.