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El proceso de urbanización de España desde los años 60 ha provocado la despoblación de cientos de pueblos del interior, siendo especialmente significativa la sangría en las zonas de montaña de Castilla y León y Extremadura.

En la actualidad, muchas de estas zonas se ven sometidas a un colapso demográfico, sin que exista posibilidad endógena de recuperación económica y social. Por otro lado, estas zonas atesoran una biodiversidad de gran valor y una identidad cultural de intervención sobre el medio que está a punto de desaparecer: "Los territorios de montaña son claves en el mantenimiento de la biodiversidad, en la gestión de los recurosos hídricos, en la conservación de la masa forestal, en el control del Co2... son vitales para luchar contra el cambio climático, por eso debemos hacer una honda reflexión de por dónde debemos tirar en un futuro, qué papel queremos jugar en el siglo XXI", plantea Ángel de Prado, gerente de la Asociación Salmantina de Agricultura de Montaña (ASAM).

De Prado asegura que "es necesario elaborar nuevos paradigmas de relación entre el hombre y el medio, y de organización social en estos territorios". Y este es, precisamente, el objetivo del proyecto piloto ‘Tejiendo diversidad', impulsado por la ASAM y que cuenta con la financiación de la Red Rural Nacional.

Este paradigma ha de estar basado, según el proyecto, en la participación y el empoderamiento de la población, la equidad de género, la creación de empleo en el contexto de la nueva economía y el mantenimiento de la biodiversidad y el paisaje.

En este sentido, el proyecto ‘Tejiendo diversidad' se plantea diez objetivos específicos:

1. Diseño de un nuevo modelo de gestión del territorio basado en el binomio: conocimientos tradicionales que las generaciones de personas mayores atesoran y el uso de las nuevas tecnologías.

2. Creación de un centro de estudio, formación y gestión sobre energías renovables.

3. Recuperación y puesta en valor de los sistemas tradicionales del uso del agua y variedades locales de semillas en huertas y otros cultivos.

4. Creación de un centro de la biodiversidad.

5. Recuperación y puesta en valor de los sistemas tradicionales de ganadería extensiva como principal activo de la conservación del paisaje y la biodiversidad.

6. Creación de un centro  para el estudio y generación de conocimiento sobre arquitectura tradicional, gestión de la vivienda y técnicas de construcción bioclimáticas.

7. Creación de la Cátedra UNESCO.

8. Diseño y promoción de rutas paisajísticas-culturales entre las dos comarcas (Sierra de Béjar-Francia y Valle del Ambroz) utilizando como nexo la Calzada Romana de la Plata. 

9. Conocer con datos estadísticos por qué se van las mujeres de la comarca Sierra de Béjar-Francia  y Valle del Ambroz  y qué se debe hacer para que se queden  éstas y  vengan otras de nuevos lugares.

10. Gestión del conocimiento, comunicación y transferibilidad del proyecto "Trenzando Diversidad".

"Atesoramos una excepcional cultura de apego a la tierra, materializada en las personas mayores del medio rural de montaña, y estamos a punto de perder todo ese bagaje, transmitido de padres a hijo de manera oral. El proyecto pretende recoger ese patrimonio intangible -pero vital para la subsistencia del planeta- y ver cómo lo utilizamos con el fin de llevar a cabo una reorganización territorial, la conservación de la biodiversidad y el patrimonio, etc", asegura el gerente de ASAM.

El proyecto piloto ‘Tejiendo diversidad' cuenta con un presupuesto de 1.043.943 euros hasta el 2012, y su ámbito de aplicación es la Reserva de la Biosfera de las sierras de Béjar y Francia (Salamanca) y la comarca del valle de Ambroz (Cáceres), lo que implica a 96 municipios y a 51.000 personas.

Para Ángel de Prado cobra gran importancia el hecho de que el Ministerio de Medio Ambiente y medio Rural y Marino subvencione proyectos piloto: "Es bueno que se financien los trabajos a futuro, las prospectivas, las ideas innovadoras que permitan luego hacer una transferencia de los conocimientos".