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Artículo de opinión de Manuel Lozano, publicado en La Cerca

Lo del incendio de Yeste y la situación que atraviesan las zonas rurales en Albacete, Castilla-La Mancha, España y el Mundo en general me lleva a hacer esta reflexión/opinión en una defensa que quiero realizar, con toda la humildad del mundo, en relación a una Economía basada en la explotación de los recursos naturales que sean capaces de generar riqueza allá donde se encuentran y, por tanto, vertebrar los territorios más deprimidos para beneficio de los habitantes nativos de las mismas y no para mayor gloria de la especulación de los grandes Lobbies financieros de todo tipo a los que en su conjunto ahora se les llama Globalización. "Bonita" palabra que se usa sólo cuando les interesa a los políticos de turno, y en su propio beneficio para dependiendo de qué cosas.

Al Medio Rural se le debe de dar, de manera inmediata, la importancia que tiene como valor ecológico, medioambiental, sostenible social y económicamente para sus habitantes, y como garante, sin la menor duda, del futuro del Planeta que entre todos nos estamos cargando.

Se hace necesaria una política basada en una apuesta firme y decidida por afianzar el entorno rural de nuestras comunidades y estados, cueste lo que cueste. Si queremos garantizar el futuro vital de nuestros nietos y futuras generaciones no queda otra solución. Seguro que esto va en contra de un desarrollo mucho más especulativo y cuyos frutos se reparten entre unos pocos a costa de la gran masa social de la ciudadanía, pero no cabe otra solución si lo que queremos es, de verdad, salvar nuestro entorno rural y, por sinergia, el Planeta. El futuro de la Humanidad depende de los recursos naturales y de la vida que seamos capaces de proteger en estas zonas rurales que en la actualidad tenemos abandonadas.

Por globalizar también deberíamos de entender que el almacenamiento de la riqueza a nivel mundial no estuviera en manos de las ocho personas más ricas del mundo, todos hombres, que acumulan en sus carteras más riqueza que la mitad de la población del mundo más pobre, unos 3.600 millones de personas. ¿Cómo suena?, pues es la realidad, con lo cual no miremos para otro lado para tapar cada uno sus vergüenzas.

Así lo muestra un nuevo informe de la organización contra la desigualdad Oxfam, el cual afirma que la brecha entre ricos y pobres es "más grande de lo que se temía".

El informe de Oxfam, llamado "Una economía al servicio del 1%", pone de relieve que, desde 2010, la riqueza de la mitad más pobre de la población se ha reducido en un billón de dólares, lo que supone una caída del 38%. Esto ha ocurrido a pesar de que la población mundial ha crecido en cerca de 400 millones de personas durante el mismo período. Mientras, la riqueza de las 62 personas más ricas del planeta ha aumentado en más de 500.000 millones de dólares, hasta alcanzar la cifra de 1,76 billones de dólares. El informe también muestra cómo la desigualdad afecta de manera desproporcionada a las mujeres; de las 62 personas más ricas del mundo, 53 son hombres y tan solo 9 son mujeres.

A pesar de que los líderes mundiales hablan cada vez más de la necesidad de abordar la desigualdad y recientemente fijaron un objetivo mundial para reducirla, la realidad es que la brecha entre los más ricos y el resto de la población ha aumentado de manera drástica a lo largo de los últimos doce meses. La predicción que Oxfam realizó antes de la reunión de Davos del año pasado, de que en poco tiempo el 1% poseería más riqueza que el resto de la población mundial, se ha cumplido en 2015, un año antes de lo esperado.

Esta Organización sin ánimo de lucro hace un llamamiento para que se tomen medidas urgentes contra la crisis de la desigualdad extrema, que pone en peligro todo el progreso realizado a lo largo de los últimos 25 años en la lucha contra la pobreza. Como prioridad, la organización pide que se acabe con la era de los paraísos fiscales, cada vez más utilizados por las personas ricas y las grandes empresas para evitar pagar los impuestos que les corresponden de manera justa. Como resultado, los Gobiernos se han visto desprovistos de unos recursos esenciales para abordar la pobreza y la desigualdad.

Según la FAO, en los últimos años la actividad rural, agrícola o ganadera, se enfrenta a diferentes barreras a la hora de desarrollarse y evolucionar. El problema del relevo generacional es uno de ellos, pero no es el único ni el más grave. Aún siguen existiendo graves desigualdades en todo el mundo entre la vida en la urbe y la vida en el campo.

Como desarrollo rural se entiende un proceso que busca el de cambio social y de crecimiento económico sostenible para un progreso permanente de la comunidad rural. El objetivo final es mejorar la calidad de vida de estas sociedades y conservar el medio ambiente.

Hay tres necesidades básicas en el desarrollo rural para un futuro sostenible:

1. Mejorar el bienestar de millones de personas que viven en el medio rural (aproximadamente la mitad de la población mundial), reduciendo la brecha rural-urbana, erradicando la pobreza y evitando la migración a la ciudad.
2. Proteger y conservar los recursos naturales, paisajísticos y culturales.
3. Asegurar el acceso universal a los alimentos con una producción agrícola sostenible.

En fin, de todo esto hay para hablar y exponer datos "largo y tendido".

Datos y argumentos que para la inmensa mayoría de los gobiernos (Central y también autonómicos) pasan desapercibidos, quizás porque no entra en sus agendas la reconversión económico/social que España y el Mundo necesitan. Porque como bien dijo el gran José Luis Sampedro antes de dejarnos, este mundo, de un Neoliberalismo a ultranza y sin piedad, se acaba, y la solución pasa por otros modelos mucho más racionales y exponencialmente mucho menos especulativos y mucho más naturales y protectores de nuestro entorno vital.

Pero bueno, seguro que este tipo de reflexiones son solo para algunos economistas a los que quizás nos mueve más el romanticismo económico que la cruda realidad.