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La Vicepresidenta del Gobierno de Cantabria, Dolores Gorostiaga, inauguró ayer una vivienda rural comunitaria municipal para personas mayores de Herrerías, situadas en Bielva, con capacidad para ocho personas en cuatro habitaciones dobles. Se trata del primer recurso de estas características que se pone en funcionamiento en una zona rural de esta región.

Para su construcción y equipamiento, el Gobierno de Cantabria, a través del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS), ha invertido 432.484 euros con el objetivo de dar respuesta a parte de las necesidades básicas de los mayores, facilitando un ámbito de convivencia alternativo a la familia.

En la inauguración han estado presentes el alcalde de Herrerías, Francisco Linares; la directora general del Instituto Cántabro de Servicios Sociales, María Luisa Real, y el director general de Administración Local, Joaquín Ruiz Sisniega, así como miembros de la Corporación Municipal, y numerosos vecinos del municipio.

Esta vivienda, cuya titularidad corresponde al Ayuntamiento de Herrerías, ofrece un servicio de alojamiento y convivencia integrada en su entorno comunitario, destinada a un grupo pequeño de personas mayores con dificultades para permanecer en su vivienda habitual y con un grado de autonomía personal que les permita su integración en este recurso.

La finalidad de este recurso es mantener a la persona mayor en su entorno y medio habitual de vida, así como satisfacer sus necesidades de convivencia. Está destinada a personas mayores de 60 años, a sus cónyuges o personas con quien convivan siempre que hayan cumplido esa edad, que tengan buen estado físico y psíquico para poder realizar las actividades de la vida diaria de manera autónoma e independiente.

Se trata de usuarios que carezcan de vivienda propia o que esta se encuentre deteriorada, de forma que no reúna las condiciones mínimas de habitabilidad y no sea posible la rehabilitación de la misma mediante otros recursos de carácter social (ayudas de urgencia, etc.) y/o tener problemas de convivencia que no puedan resolverse en el ámbito familiar que puedan desembocar en problemas de aislamiento o soledad y que esta alternativa de convivencia se valore técnicamente como la más adecuada.