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Karolina y Annika Quaade, emprendedoras rurales y youtubers: «Hoy en día las redes sociales nos permiten llegar a todo el mundo y vivir la vida que queremos vivir»

20/05/2021 Área: Desarrollo rural Fuente: Redr Jóvenes

Karolina y Annika son dos jóvenes emprendedoras y creadoras de contenido que residen en el interior de Alicante. Desde allí comparten el día a día de la gestión de su finca familiar en sus redes sociales y producen su propio Aceite de Oliva Virgen Extra. En esta entrevista nos cuentan un poco mejor su experiencia.

¿Cuál es el origen de Finca La Maye?

Finca la Maye es el proyecto de nuestra finca familiar situada en el interior de la provincia de Alicante. La finca lleva en nuestra familia más de 100 años, desde que la bisabuela de nuestra abuela, al quedar viuda, tuvo que hacerse cargo de las tierras y los negocios de su marido. La casa se construyó con la herencia recibida por la abuela de nuestra abuela. En ella se iniciaron cultivos en las tierras adyacentes, entre ellos, el olivar que ahora cuidamos y del cual cosechamos aceituna para elaborar nuestro aceite de oliva virgen extra que vendemos directamente al consumidor a través de nuestra página web.

Es un proyecto con el objetivo final de estrechar la relación entre el consumidor y la producción de alimentos, la vida rural y los ciclos naturales del mundo en el que vivimos. Compartimos nuestras vivencias e ilusión por nuestro trabajo a través de nuestro canal de YouTube Finca La Maye.

Crecisteis entre las afueras de Madrid y el extranjero, ¿qué os impulsó a mudaros a la finca?, ¿y a crear contenido para YouTube e Instagram?

Nuestra madre es española y nuestro padre danés, por lo que nos hemos criado entre ambos países y culturas.

Antes de mudarnos a la finca, vivíamos a las afueras de Madrid y todos los veranos veníamos a veranear a la finca familiar. El verano de 2013 volvimos de terminar nuestros estudios en el extranjero y pasamos el verano con la familia en la finca y el momento de volver a Madrid nunca llegó. No fue una decisión premeditada, sino que simplemente nos quedamos. 

Poco a poco nos fuimos asentando; introdujimos gallinas, patos y caballos, empezamos una huerta, plantamos frutales y sin darnos cuenta estábamos viviendo una vida idílica, de película romántica entre lo moderno y lo tradicional. A raíz de ello descubrimos nuestra pasión por el mundo natural y tomamos la decisión de estudiar cosas relacionadas con el estilo de vida que llevamos, que nos ayudara a comprender y gestionar de una manera más informada la finca y los animales. Karolina es Ingeniera Agrónoma y Annika se ha formado en Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal y ahora está estudiando Veterinaria.

Nos dimos cuenta que este es el estilo de vida que queremos llevar y preguntamos cómo podíamos vivir de ello en nuestra situación. Lo más importante para vivir de la agricultura y ganadería es diferenciar tu producto y para nosotras esa diferenciación, aparte de producir un producto natural libre de productos químicos de síntesis, es compartir nuestra historia. Así surgió la idea de empezar un canal de YouTube y compartir nuestra experiencia por Instagram: @fincalamaye_ y @annikaqad

Puedes tener el mejor producto del mundo, pero si nadie sabe de su existencia es lo mismo que no tener nada. Hoy en día con las redes sociales tenemos el potencial de llegar a todo mundo. A nosotras nos está permitiendo vivir la vida que queremos vivir.

¿Cómo y por qué tomasteis la decisión de comercializar vuestro propio aceite de oliva? ¿Habéis contado con algún tipo de ayuda o subvención para impulsar el proyecto?

Poco después de mudarnos aquí nuestra idea era poder vender nuestro propio aceite y otros productos. Debido a que nuestra producción es pequeña, la venta directa al consumidor, sin intermediarios, es la más acertada. Aunque sea mucho más trabajo, la satisfacción de preparar cada pedido y compartir nuestro trabajo e ilusión con cientos de personas es enorme.

La generosidad y apoyo de nuestros abuelos es lo que nos permite hacer lo que hacemos en la finca y estamos eternamente agradecidas.

De momento no hemos contado con ningún tipo de ayuda, pero somos socias de ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) y estamos a la espera de que salga la siguiente convocatoria de ayudas a jóvenes agricultores.

¿Cuáles son los siguientes pasos de vuestro proyecto?

El trabajo en el campo y la finca nunca se acaba. Tenemos infinidad de sueños que nos gustaría hacer realidad en la finca. 

Además del olivar, la finca cuenta con una plantación de almendros y nos encantaría poder comercializar la almendra en algún momento además de abrir las puertas de la finca para hacer eventos, workshops, retiros, etc.

¿En qué grado creéis que las TIC y las Redes Sociales pueden apoyar a la juventud rural en sus proyectos de emprendimiento?

Una de las cosas más importantes en el emprendimiento es la visibilidad y la comunicación. Si tus potenciales clientes no saben que existes, no comprarán tu producto. Las redes sociales son la herramienta más valiosa para proyectos de emprendimiento, permitiéndonos alcanzar potenciales clientes en todo el mundo. Por otro lado, a través de las redes sociales, hemos conocido mucha gente que nos manda mensajes de apoyo a diario que no anima a seguir adelante. Una comunidad de personas que nos ayudamos e inspiramos mutuamente.

¿Cómo es vuestra rutina diaria?

Nuestra rutina diaria va cambiando, se van adaptando las tareas a cada época del año. Pero, en resumen, todos los días lo primero que hacemos es desayunar, luego damos de comer a los animales y a continuación procedemos con los proyectos que tengamos en marcha, Annika va a clase, Karolina trabaja en la huerta, graba un video, edita, etc. Según la época del año, las tareas cambian. 

En invierno, lo primero que hacemos es encender la cocina de leña para calentar la casa y hacernos el desayuno. Los días son tranquilos; no hay trabajo en la huerta y los animales requieren de cuidados mínimos, aunque es la época de recolecta de la aceituna que requiere mucho trabajo de organización y coordinación de todas las partes.

En primavera dedicamos mucho tiempo y trabajo a la huerta con el fin de obtener una buena cosecha en verano. "Dar de comer a los caballos" se traduce en sacarlos al pasto, las gallinas crían pollitos, las abejas requieren más atención, etc. 

En verano, nos toca adaptar nuestro horario, dedicando las horas de menos calor a hacer las tareas de exterior y es obligatoria la siesta después de comer. Es época de pasar horas en la piscina y cosechar los frutos del trabajo que hicimos en primavera. También es la época de cosechar la almendra.

En otoño, sigue habiendo abundantes cosechas de la huerta que hay que conservar para que dure el invierno, además de preparar la huerta para los meses de frío.

Y siempre surgen imprevistos que no hacen cambiar de plan.

Dicen que la vida en el campo, con animales y huerta, te atan al lugar y a las obligaciones. Es cierto. Nos obligan a levantarnos pronto y ver el amanecer, a acostarnos tarde y ver la puesta de sol. A fijarnos en los cambios de las estaciones y los ciclos del mundo que nos rodea, que nos guían en nuestro día a día. A respirar aire fresco y vivir una vida activa. Siempre vamos a tener obligaciones y estas no las cambiaríamos por nada.

¿Siempre tuvisteis claro que queríais vivir en el medio rural? ¿Qué ventajas y desventajas encontráis con respecto a la vida en la ciudad?

Desde pequeñas hemos tenido animales en casa y Annika siempre quiso ser veterinaria y tener muchos caballos. Vivir en el medio rural no era algo que buscásemos, pero después de vivir en la finca no tenemos ningún deseo de volver a una zona con mayor densidad demográfica.

Lo que más nos gusta de la vida en un pueblo pequeño es la sensación de comunidad. Hemos tenido mucha suerte con todo el apoyo que hemos recibido de la gente del pueblo. A lo largo de los años hemos recibido muchos consejos de las personas mayores, nos han enseñado a plantar un árbol, a limpiar una gallina, a coger un enjambre de abejas, a conducir el tractor y nos han ayudado a salir de numerosos apuros. Han compartido con nosotras mucha sabiduría popular que nos encanta escuchar y poner en práctica cuando podemos y sabemos que algún día pasaremos esa información a las siguientes generaciones.

¿Qué consejo daríais a otras personas jóvenes que quieren emprender sus propios proyectos en el medio rural

¡Adelante! Es duro. El trabajo nunca se acaba y la mayoría no es remunerado, sobre todo al principio. Serás tu propio jefe, además de director de marketing, director de ventas, administrativo, gerente financiero, comercial, recursos humanos, logística, diseñador y creador de páginas web, etc. Te faltarán horas en el día para llevarlo a cabo y te irás a la cama agotado cada día. Pero la recompensa merece la pena.

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