REDR

Publicado en Diario de Sevilla.

Los grandes retos ecológicos de los próximos veinte años se deciden en el medio rural: por supuesto, hay que bajar las emisiones de nuestras ciudades y hacerlas más sostenibles y resistentes, pero es en nuestros municipios donde sostenibilidad y neutralidad climática deben hacerse realidad. ¿Y en qué campos? Pues por ejemplo en el de la agricultura ecológica, las energías renovables (fotovoltaica, eólica, hidrógeno...), electromovilidad, la gestión del agua y del suelo para luchar contra la desertización, etc.

Ahora se habla mucho de transición energética aunque no es algo nuevo para Leader. Los Grupos de Desarrollo Rural vienen trabajando desde sus inicios por un uso más sostenible y compartido de los recursos. En los diferentes períodos de programación, están impulsando iniciativas para fomentar la sostenibilidad en el modelo de desarrollo de sus territorios basándose, principalmente, en la transición energética y la lucha contra el cambio climático.

Para ello, definen estrategias de fomento del ahorro y eficiencia energética, promocionan las energías renovables basadas en fuentes endógenas (especialmente, la biomasa), implementan planes de mitigación y adaptación al cambio climático y dinamizan y, en muchos casos, son el germen de las comunidades energéticas rurales.

Los 47 Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía aplicamos la máxima de "Piensa global y actúa local", es decir, qué podemos hacer desde nuestros pueblos y territorios rurales para luchar contra el cambio climático. Uno de esos campos de acción donde se puede actuar es en el de la energía y, en concreto, en el de la transición energética rural logrando que las actividades económicas sean más sostenibles y eficientes.

Con este objetivo, los Grupos de Desarrollo Rural Aljarafe-Doñana (Sevilla), Valle del Guadalhorce (Málaga), Medio Guadalquivir y Guadajoz y Campiña Este de Córdoba han impulsado el proyecto de cooperación Leader Liderando las Comunidades Energéticas (Licle) para empoderar a la población rural, aumentar su soberanía energética de origen renovable sin que nadie quede atrás.

El caso de la Comunidad Energética Toda Sevilla es otro ejemplo de cómo el Grupo de Desarrollo Rural Gran Vega de Sevilla lidera esta iniciativa contando con otros Grupos de Desarrollo Rural y Ayuntamientos que se van sumando a la misma.

Mención especial merecen las comunidades energéticas de Arroyomolinos de León en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche en Huelva, Monachil (Arco Noreste de la Vega de Granada) y Guadajoz (Córdoba), esta última cuenta con dos experiencias piloto en Baena y Espejo. Ambas se han constituido en cooperativas y sus ayuntamientos están ejerciendo su labor como facilitadores mientras que el Grupo de Desarrollo Rural hace de dinamizador de ambas experiencias. Los proyectos de estos municipios cordobeses cuentan con 122 socios entre los que se encuentran 25 pymes que están jugando un papel esencial en la puesta en marcha y continuidad de los mismos.

Grupos Leader

Como estamos viendo, los Grupos Leader tienen un papel decisivo hacia una energía más sostenible en el medio rural y deben ser ellos quienes abanderen la transición energética en los territorios rurales tal y como hicieron, en su día, con el desarrollo rural. Estas entidades territoriales dinamizan y dan confianza a la población local en un contexto de gran desconfianza energética. Nadie conoce tan bien las necesidades y potencialidades de cada territorio como ellos, pues actúan de manera colectiva contando con la población local, empresas, equipos municipales y cercanía con la administración.

Por tanto, la transición energética rural no debería de estar en manos de las ciudades, sino que tiene que abordarse desde nuestros territorios y municipios. Para ello sería de gran ayuda, la unión de las pequeñas comunidades energéticas locales en un frente común que represente lo rural y lleve su voz a aquellos foros donde se decide sobre la energía y no están representados los territorios rurales.

Esta es una de las propuestas que como presidente de ARA propuse en la reciente jornada sobre Comunidades Energéticas Rurales celebrada en Monachil (Granada).

Esta red de comunidades energéticas rurales nos haría más fuertes, sin duda, pero, además, nos permitirá contar con un importante repositorio de conocimientos y buenas prácticas que se impulsan en nuestros territorios. Es importante ir recopilando información de todos estos proyectos, ya que esta se puede usar para solucionar otros problemas comunes del conjunto de la sociedad.

ARA

ARA es el resultado de la suma de los Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía, tan necesarios para ayudar a nuestros pueblos y municipios a enfrentarse a los diferentes retos que dificultan su desarrollo. Entre ellos se encuentran la pérdida de población, la falta de oportunidades laborales, la escasez de servicios básicos o la vulnerabilidad frente a factores como el cambio climático.

Por eso tenemos que tener la visión de una Andalucía rural próspera, que sepa identificar y aprovechar sus potencialidades, y además en sectores y temas esenciales como es la agricultura y las cadenas de suministro alimenticio, las energías renovables, la logística, las economías sociales de cuidados y servicios, la gestión medioambiental, el turismo rural de calidad... Todos esos son temas que afectan a lo rural y deben abordarse desde lo rural.

La población local tiene una gran capacidad de hacer cosas y lo vienen demostrando desde hace años con muchas iniciativas exitosas de desarrollo rural que hacen que el medio rural siga vivo. Y si lo hacemos, podemos estar seguros que tendremos pueblos sanos, con colegios llenos de niños y niñas, jóvenes universitarios que encuentran en su pueblo una oportunidad laboral y personas mayores que cuentan con compañía y cuidados.