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El testamento puede ser un instrumento idóneo para ayudar a conservar un espacio natural o evitar la extinción de una especie. De hecho, la posibilidad de dejar la herencia a un espacio protegido es una de las posibilidades que forman parte de una nueva visión de la conservación que aboga también por que las entidades privadas financien proyectos de conservación, o compren fincas de alto valor natural, para compartir la gestión con organismos públicos. Se trata, en definitiva, de buscar "mecanismos financieros innovadores para la gestión de espacios protegidos". Éste es uno de los retos que se plantea la organización Europarc, que agrupa a administraciones, científicos y profesionales de la gestión de espacios protegidos. En su Programa de Trabajo para las áreas protegidas 2009-2013, presentado este martes, persiguen completar el sistema español de espacios naturales, especialmente en áreas marinas, y buscar nuevas fórmulas de financiación para ellos.

El presidente de Europarc España, Hermelindo Castro, explicó que hay que "estudiar los mecanismos de custodia del territorio y lograr que grandes fundaciones presuman de conservar la naturaleza". Además, como ocurre en la tradición anglosajona, se buscará una mayor implicación de los particulares y que haya donación de herencias para conservación. "Una buena iniciativa es la que se lleva a cabo en Andalucía, donde hay territorios privados con inversiones públicas para conservación", apunta Castro.

Además de garantizar la viabilidad económica de las áreas protegidas y estudiar incentivos para su sostenibilidad, el programa de la organización europea se fija como retos que se creen corredores ecológicos para conectar las diferentes áreas y no haya islas protegidas; que haya una mayor integración de las políticas sociales en la conservación; que disminuyan los efectos negativos del cambio climático en los espacios naturales y que se pongan en valor los beneficios para la sociedad que aportan estos espacios.

En este sentido, Castro apunta que hay que impulsar una nueva mirada hacia los espacios protegidos y considerarlos también como suministradores de bienes y servicios que van desde beneficios de salud, agua y aire de calidad, madera y recursos genéticos a servicios educativos, turísticos, espirituales o recreativos y de empleo. En los próximos cuatro años, Europarc pretende implicar a propietarios, población y agentes sociales en la gestión de los espacios y eso pasa, a juicio de Castro, por fomentar el empleo rural.

Europarc cuenta con un millón de euros de presupuesto anual para desarrollar el programa y 200 técnicos. Al acto de adhesión al proyecto acudieron representantes de la Fundación Biodiversidad, la Fundación BBVA, la Secretaría de Estado de Turismo, la UPA y organizaciones ecologistas como WWF/Adena y SEO/BirdLife. Medio centenar de entidades públicas y privadas han participado en el programa.

Áreas marinas

Otro de los objetivos del programa es identificar las carencias en las áreas protegidas, y determinar si faltan especies por proteger en estos espacios o paisajes y ecosistemas sin considerar. El director general de Europarc España, José Vicente de Lucio, apunta que un primer vacío es el de áreas marinas protegidas, ya que frente a los 6 millones de hectáreas en superficie terrestre, sólo hay 250.000 en marina.