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Artículo de Carolina García, publicado originalmente en ElComercio.es   

La vida de Reyes Bravo ha hecho un círculo. Se crió en el campo. Al crecer decidió salir a buscar trabajo y estudió un módulo de Auxiliar de Geriatría. Llegó la crisis y se quedó sin empleo. Y tras un tiempo pensando en qué hacer se dio cuenta que la solución la tenía en casa. A sus 35 años se ha puesto las botas y ha vuelto al campo. Tiene 45 vacas.   

El caso de Reyes Bravo no es único. Cada día son más los que hartos de no encontrar salida se ponen al frente de la explotación familiar (la crisis ha dado una segunda oportunidad a negocios que carecían de continuidad) o que desconocían el sector y han decidido remangarse y probar. La historia se repite. Como explica el gerente de IGP Ternera Asturiana (Indicación Geográfica Protegida), Vicente de Diego, hay un aumento de las solicitudes de nueva incorporación de jóvenes que hasta ahora se dedicaban a otros sectores y se refugian en lo que siempre está ahí, el campo. Una crisis que golpea a unos y da respiro a un sector que había quedado bastante olvidado, sobre todo entre las nuevas generaciones que veían en la ciudad su futuro.   

Solo en el último año Oviedo suma 50 nuevas incorporaciones (se tiene un registro por el número de CEA -es como el DNI del ganado, un certificado que da un código a la explotación). Echando la vista atrás desde 2010 se contabilizaron 200 nuevas explotaciones. No solo de ejemplares de vacuno. El ganado equino es cada vez más numeroso. Se utiliza sobre todo para limpiar los pastos. Desde hace un par de años una nueva normativa obliga al ganado equino a estar controlado, a llevar un microchip.  

No solo hay que tener en cuenta las nuevas altas. El éxito de los que apuestan por este sector se refleja en los que piden una segunda. Y lo hacen, explica Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG en Asturias, en apicultura y en granjas de gallinas o pollos. El año pasado, a falta de cerrar datos, casi 40 personas solicitaron un segundo permiso. Y en los últimos cuatro la cifra se eleva hasta las 200.  

Trabajar en el campo no es fácil y requiere una buena formación. Aprender de maestros que llevan años en el negocio siempre es una buena baza, pero los tiempos van cambiado y requieren más especialización. Reyes Bravo acaba de terminar un curso de formación para estar a la última. Le han dado pautas de cómo manipular los productos fitosanitarios porque «hay muchas cosas de los insecticidas y otros productos que desconocemos». Son cuatro módulos y cada uno se ocupa de dar las claves. Aunque no siempre es suficiente. Cuando tienes las ganas y la formación a veces el sistema pone trabas. Desde hace años una de las quejas del sector son las pocas ayudas que se conceden al campo. Para poder mantener a sus 45 vacas paga una renta de dos fincas en Caces (le cuestan 1.500 euros) a lo que hay que sumar la ceba (sobre todo durante el invierno) y la maquinaria, entre otros gastos fijos. Pero es que además hay otro problema añadido, la orografía. Es difícil encontrar una llanura y para eso «tienes que irte hasta Villaviciosa» lo que te obliga a tener un remolque para poder mover al ganado en busca de prados llanos. Eso no ocurre en el sur y «de ahí que sea tan importantes las ayudas porque sin ellas no se puede subsistir». Porque «si no, tal y como están las cosas una hasta se plantea dejar Oviedo y marchar al sur».

Ausencia de ayudas   

Bravo acaba de recibir una ayuda de primera instalación. Un dinero que supuso uno de sus principales empujes para que volviera al campo. Ilusión no le falta. «Siempre me gustó mucho la ganadería pero sé que requiere mucho esfuerzo y hay trabas». Del éxito de su negocio dependen ahora muchos factores algunos, fuera de su alcance. Su idea es ampliar su explotación. De momento quiere llegar, como mínimo, a las 54 vacas ya que así puede acceder a la subvención que conceden dentro del plan de mejoras. «Hay que aprovechar ahora porque nunca sabes cuándo pueden dejar de concederlas».   

Pese a estos inconvenientes son muchos los que apuestan por el campo como salida a su desempleo y un plan de futuro serio.