REDR

Los pasados días 6 y 7 de mayo se celebró en Matalascañas (Huelva), el primer Foro sobre Educación organizado por la Fundación para el Desarrollo Rural Macario Asenjo Ponce junto con la Asociación Universidad Rural Paulo Freire. El objetivo de este foro fue profundizar y debatir sobre los retos de la escuela en el mundo rural como elemento transformador.

La gran mayoría de las personas participantes estaban ligadas a organizaciones sociales. El Foro fue inaugurado por María del Mar Martín en nombre de la Fundación para el Desarrollo rural "Macario Asenjo Ponce"; Lidia Gutiérrez como presidenta de la Asociación Universidad Rural Paulo Freire; y José Prenda en representación de la Universidad de Huelva.

La participación en el Foro se componía de catedráticos de la universidad, personas muy ligadas a movimientos sociales (grupos de acción local, asociaciones,) personas que trabajan en la enseñanza oficial y otras que plantean nuevos modelos de educación.

El Foro comenzó haciendo un repaso histórico de lo que ha sido la educación y la escuela en nuestro país desde el momento en que ésta se formaliza y universaliza a través de la Ley Moyano de 1857, si bien junto a este modelo siempre han convivido otras propuestas educativas "no formales".

Se presentaron tres experiencias, dos de ellas estarían fuera de la educación reglada y una tercera dentro, pero defendiendo que la escuela se adapte e integre en la realidad del pueblo. Con las tres experiencias se intentó demostrar que no sólo la escuela es educadora, que hay otros métodos de educar y no sólo los que se imponen cómo válidos por la Administración, y que algunas escuelas rurales sí tienen claro que han de trabajar de modo diferente en cuanto a contenidos, más ligados al entorno y con edades diferentes, sin considerarlo por ello una desventaja, sino más bien al contrario.

La mañana del sábado se reservó a dos ponencias claves en el Foro que ayudaron a cuestionarse el papel de la educación a nivel global y la necesidad de crear una escuela diferente para el medio rural.

Como ideas a destacar en la ponencia "Papel de la educación en la construcción de la sociedad", Ángel de Prado (maestro y gerente de un grupo de acción local), partió de dos afirmaciones, primera, que la escuela pública y obligatoria es un hecho "raro" en la historia de la humanidad. Segunda, que la escuela cumple diferente funciones: formación e instrucción, socialización, transmisión de valores, adoctrinamiento, manipulación. De manera que la escuela ha estado al servicio del modelo social reinante, en estos momentos al servicio del capitalismo desde los valores de la competitividad y el consumo. "Sí defendemos que el modelo de crecimiento actual de sobreexplotación del planeta está acabado, hemos de pensar en un nuevo modelo de escuela del decrecimiento que eduque en valores de austeridad, igualdad, altruismo y solidaridad. Para conseguirlo la escuela ha de ser pública, local, crítica, no adoctrinadora y democrática  mediante la formación de comunidades de aprendizaje", expuso De Prado en su intervención.

El segundo de los ponentes, Agustín Corominas (pedagogo y activista de los movimientos de renovación pedagógica) centró su exposición sobre la escuela rural y sus retos.

Para Corominas las aportaciones más interesantes a la educación las han planteado maestros/as de la escuela rural. Pero por desgracia las distintas reformas educativas nunca lo tuvieron en cuenta y aún menos la escuela rural, muy al contrario. Uno de los grandes errores cometidos fueron las agrupaciones escolarees en los años 70, un factor más de la despoblación, "en los pueblos sí no hay escuela desaparecen". Sin olvidarnos de la imposición de modelos pedagógicos de conocimiento graduado, es decir por niveles, que no se adaptan a la realidad rural. Como ventajas por el simple hecho de estar ubicadas en un entorno rural, la escuela es inclusiva, para ricos y para pobres, e intenta romper con el estancamiento de conocimientos por edades.

Pero Corominas no se conforma y plantea que la escuela rural ha de ir más lejos contando con los apoyos de los movimientos sociales. Ha de ser una escuela diferenciadora y educadora en el aspecto identitario, en el compromiso con el pueblo, en la orientación laboral coherente con el entorno. "Para empezar a gestarse ese cambio los maestros serían los primeros agentes que debieran conocer y comprometerse con el entorno en el que trabajan, afortunadamente en Cataluña ya se ha conseguido  que las escuelas de Magisterio contemplen la especialidad de escuela rural, en Asturias se ha creado un observatorio de la Escuela Rural. Sí camináramos en esta dirección, en el medio rural se produciría un cambio de gran envergadura", aseguró Corominas.

Finalmente, el ponente insistió en la idea de que "es necesaria una escuela rural integrada con amor hacia el entorno", a su vez hizo un llamamiento a la seriedad y compromiso por parte de los movimientos sociales para empezar a trabajar en esa dirección.

Para ampliar información, http://www.fundacionmacario.org/