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Son sueños aparentemente sencillos: mantener el dinamismo de los territorios, que continúen abiertos los colegios rurales, que puedan crearse nuevas asociaciones, que los habitantes de la comarca no tengan que emigrar, que lleguen nuevos amigos, que el pueblo conserve el espíritu de comunidad y puertas abiertas, que los abuelos tengan a quien contarles sus saberes, que la fuente siga manando porque hay quien se encargue de ella, que alguien coja el relevo de la tienda, que no expedienten a la cartera por venir hasta el pueblo a traer el correo, que las empresas de telecomunicaciones instalen banda ancha en la localidad, que alguien se anime a organizar la fiesta del pueblo este año, que quiten los baches de la carretera, que lleguen personas con ganas de hacer.

Sueños asequibles: de vecinos, de alcaldes, de mujeres jóvenes que viven en los pueblos, de mayores sabios capaces de leer el cielo, de gerentes de grupos de acción local, de niños, de las emprendedoras que han creado una empresa de turismo activo, de la señora de la tienda, del presidente de la asociación, de los dueños el bar, de la comunidad de regantes, de los jóvenes de la empresa de informática, de la asociación de festejos... En resumen, sueños de personas que viven en el medio rural.

Sueños sencillos que tienen lugar en el 90% del territorio y sobre los que, sin embargo, pesa la amenaza de la despoblación, una pesadilla que trunca sueños y afecta a pueblos de todo tipo, de 2000, de 500, de 300 habitantes, de 80 y de 40 vecinos, cercenando gravemente sus posibilidades de desarrollo sostenible. La despoblación es la muestra de una desigualdad y de un desequilibrio, la consecuencia de nuestra historia, de políticas pasadas, de creencias generales, de malos hábitos y de inercias que sería mejor romper. Por ello, siete comarcas han decidido plantarle cara junto a las trece que lo vienen haciendo desde hace años unidas en Abraza la Tierra. Los habitantes de estas comarcas ven que hay oportunidades de que las cosas cambien y quieren hacerlo bien, siguiendo el procedimiento y el método de trabajo con el que esta iniciativa de revitalización del medio rural ha conseguido que más de 250 familias se trasladen a vivir a sus territorios y que ha asesorado y acompañado a más de 1600 personas interesadas en hacer un cambio en sus vidas.

“Queremos que nuestro territorio siga siendo una comarca activa y diversa” comenta la gerente del grupo extremeño de desarrollo rural del Valle de Jerte”, “llevamos años trabajando para que así sea pero necesitamos aliados”. El representante de la comarca catalana de les Garrigues añade en este sentido : “Queremos ayudar a nuestra gente para que puedan seguir viviendo en el lugar que los vio nacer. Compartir este objetivo con los emprendedores que deseen acompañarnos en este fascinante viaje. Creemos que Abraza la Tierra puede contribuir con nosotros a que nuevos vecinos se integren en nuestros territorios haciendo realidad este sueño”. El gerente del grupo castellanomanchego de la Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel afirma: “Nos parece que la forma de trabajo de Abraza la Tierra es muy apropiada para atraer población porque es participativa, porque da ciertas garantías a los vecinos que viven en nuestros pueblos y porque además se implican con aquellas personas que desean venir a compartir nuestras inquietudes y nuestra tierra”. “Para nosotros es muy importante que estas comarcas se unan a Abraza la Tierra” explica María de Mar Martín, coordinadora de la iniciativa, “porque significa que vamos a ser más las personas trabajando por lo mismo y más territorios cooperando. Podremos ayudar más y mejor a las personas que desean vivir y emprender en nuestros pueblos, ofreciéndoles más oportunidades”.

Los siete grupos de desarrollo de Extremadura, Cataluña, Aragón y Castilla La Mancha que se incorporan ahora comenzarán los preparativos para atraer nuevos vecinos. Antes de recibir a los interesados, la personas encargadas de Abraza la Tierra pasarán por un periodo de formación, harán reuniones de sensibilización con la población y detectarán necesidades y potencialidades del territorio. “Cada vez que algún pueblo, mancomunidad o asociación decide hacer algo contra la despoblación estamos dando un paso hacia adelante, pero no todo vale, hay experiencias que no han dado resultados positivos”, explica la coordinadora de la iniciativa, María del Mar Martín. Añade: “Con Abraza la Tierra estamos consiguiendo interesantes logros en la revitalización de los pueblos. Sin embargo, no podemos bajar la guardia: atravesamos momentos cruciales, tenemos que hacernos conscientes de que la despoblación es un problema que afecta a toda la sociedad y que por lo tanto todos debemos hacerle frente: los habitantes del medio rural, por supuesto, pero con el apoyo de las administraciones y de la sociedad en su conjunto”.

A las puertas de que comience a aplicarse la nueva ley de desarrollo sostenible, el Director General de Desarrollo Rural, Jesús Casas, comentaba sobre las posibilidades de que los vecinos de los pueblos vean cumplidos sus sueños : “Desde el Ministerio queremos apoyar los procesos de decisión que se están produciendo en el medio rural. Creemos que los pueblos han de estar habitados, que el desarrollo tiene que venir desde la propia comunidad y que los vecinos tienen que reivindicar contrapartidas por los beneficios y los valores que el medio rural aporta a la sociedad. Creemos que este reconocimiento está alcanzando un mayor nivel de consenso”.