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23/01/2023 Área: Desarrollo rural Fuente: REDR
Entrevistamos a Ana Estrada, una de las editoras del libro ‘Como dicen en mi pueblo. El habla de los pueblos españoles', recientemente publicado. El hilo conductor del libro es el proyecto Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER), creado y dirigido por Inés Fernández-Ordóñez desde 1990. Desde entonces, equipos de dialectólogos recorren cada año todas las provincias españolas, entrevistando a personas mayores en sus pueblos, para recoger sus tradiciones y sus formas de hablar. Gracias a estas entrevistas, conocemos mejor las hablas rurales de España, que son una pieza imprescindible para comprender el puzle de la historia del español.
En realidad, era una idea que ya estaba rondándonos desde hacía bastante tiempo. Todos los que trabajamos en el COSER (Corpus Oral y Sonoro del Español Rural), sabemos que en él hay muchísima información, muy interesante para mucha gente, pero en realidad el Corpus casi no es conocido. Decidimos unos cuantos -Carlota, Bea y yo, además de los investigadores que reclutamos- hacer un regalo a Inés Fernández-Ordóñez [su profesora y artífice de COSER] por su 60 cumpleaños, y hacer un libro de divulgación en el que se plasmase qué es lo que se hace realmente en el proyecto COSER, esa fue la idea de base.
Siempre se superan las expectativas... Todos los participantes en el libro hemos trabajado en muchas encuestas. Es algo muy gratificante; no solamente ves en persona cosas que ya has estudiado antes, sino que encuentras fenómenos que no esperabas ver, que pensabas que habían desaparecido, la gente es increíblemente amable... La experiencia de las encuestas es muy enriquecedora.
Aunque he puesto varias veces el mismo ejemplo, a mí personalmente me sorprendió mucho oír ‘asina' en lugar de ‘así' en un pueblo, era una expresión que pensaba que no existía. Me esperabas variantes como ‘asín', pero no esa.
Yo esperaba que nos costase más; no sé si mucho o poco, pero, desde luego, pensaba que nos costaría más. Depende del pueblo, pero en general lo que ocurre es que llegas al pueblo, enseguida encuentras a alguien, y muchas veces te invita a entrar en su casa, que es algo que a nosotros nos viene muy bien, porque podemos grabar sin ruido de fondo. En general, la gente que hemos visitado en sus pueblos es muy simpática y muy amable.
En primer lugar, creo que es muy difícil saber si algo va a desaparecer o no. Algunas variantes rurales claro que van a desaparecer, pero también van a mantenerse otras muchas, porque también entra ahí la identidad de las personas, con lo que se identifican. Si se identifican con una variante en concreto, la van a mantener, porque seguramente se sientan orgullosos de su variedad, mientras que habrá otras que se nivelen con el estándar y desaparezcan. En cualquier caso, es muy complicado saberlo. En cuanto a si perdemos algo como país o territorio... Las lenguas cambian, evolucionan... No sé si lo podríamos denominar "pérdida". A mí, como lingüista, me gustaría mucho poder ver todas las variedades que hay, que se mantengan, para estudiarlas, pero no quiere decir necesariamente que perdamos algo.
En realidad, aquellas variantes que consideramos incorrectas, las consideramos así por factores extralingüísticos, que no tienen nada que ver con la lengua. Lo más normal es que las variantes que consideramos más prestigiosas sean justo las de los grupos sociales más prestigiosos. Eso se ve muy bien en el ejemplo del leísmo. Antes, el leísmo era lo más normativo, y hay un fragmento de una gramática de la RAE (no recuerdo el año), en el que se dice que no usar el leísmo es "feo". Sin embargo, ahora, solo se acepta un tipo de leísmo en concreto y los demás se consideran incorrectos. ¿Por qué ocurre esto? Porque los que fijaron que era prestigioso en aquel momento eran leístas, y hoy en día ya no tanto. En realidad, va a depender de quién tenga el poder social, económico, político, etc., cuál sea la región más importante... Todo eso no tiene nada que ver con la lingüística; desde el punto de vista lingüístico, todas las variedades son exactamente iguales, no son mejores ni peores, simplemente son diferentes.
Donde está el prestigio es en las ciudades, pero es un prestigio social, no lingüístico, aunque van de la mano, no se pueden separar. En la ciudad es donde hay mayor poder económico, donde se encuentra normalmente el poder político (o que es mayor que en los pueblos), donde están los centros educativos más importantes, etc. Todo lo que pueda dar prestigio socialmente a un grupo se va a encontrar con más facilidad en una ciudad que en un pueblo, por lo que vamos a asociar ese prestigio social con un prestigio lingüístico de la gente que vive en la ciudad frente a los que viven en un pueblo.
Sí, desde luego. Si una persona utiliza una variedad que tú personalmente consideras poco prestigiosa, automáticamente vas a asignar a esa persona a un grupo social menos prestigioso, aunque no sea sí.
Creo que los cambios que comentas son lentos. No sé si todo el mundo es muy consciente, pero la mayoría tenemos una identidad relacionada con lo rural en algún momento de nuestra vida. La gran mayoría de la gente tiene familia o amigos, o él mismo ha nacido en un ambiente rural. El hecho de que socialmente se vea como algo poco prestigioso no quiere decir que personalmente se perciba así.
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