REDR

Coraje, decisión, fuerza e ilusión. Esa es la combinación vital que permite a un buen puñado de mujeres rurales ponerse al frente no pocos Grupos de Acción Local asociados a la REDR. Una responsabilidad que les permite trabajar en primera línea a favor de la diversificación de rentas, de la igualdad de sus vecinos con respecto a aquellos que viven en las ciudades, de la mejora, en definitiva, de las condiciones de vida en las zonas rurales españolas.

"Es un privilegio, pero también una gran responsabilidad", asegura Elisa Esteban, gerente de la Sociedad para la Promoción y desarrollo del Valle del Jerte), quien hace un poco de historia: "Procedo de un municipio que actualmente no tiene más de 300 habitantes y de una familia de agricultores. He podido saborear desde mi infancia lo que supone pertenecer al mundo rural y además he tenido la suerte de poder dedicar prácticamente toda mi vida profesional (20 años) a intentar construir un futuro mejor para las personas del mundo rural".

Para Maria del Mar Martín, gerente de CODINSE, estar en ese puesto supone un gran reto: "Llevo 15 años metida en temas de desarrollo rural y nunca me he encontrado con dificultades por el hecho de ser mujer". Y es que las gerentes de los grupos apenas perciben que hayan tenido especiales trabas para acceder al puesto por el hecho de ser mujeres.

Pero, ¿tienen ellas una sensibilidad especial a la hora de enfrentarse a su trabajo por el hecho de ser mujeres? "Las mujeres somos más sensibles a la hora de dirigir, porque tenemos un mayor grado de empatía con los problemas de los demás. ¡Cómo no voy a sentir de cerca los problemas de las mujeres que trabajan conmigo si son los mismos problemas que puedo tener yo!", sostiene Ana Manrique, gerente de la Red Cántabra Rural.

De un modo similar piensa la gerente de CODINSE: "El hecho de ser mujer y gerente te hace tener una percepción diferente de las cosas. Somos en general más sensibles con cuestiones como el horario y lo relacionado con la conciliación". Lourdes Arruebo, presidenta de la Red Aragonesa, se pronuncia en la misma línea al destacar que "la misma condición de mujer te hace ver las cosas de diferente manera, con otro enfoque".

Elisa Esteban va más allá y considera que, "por lo general, las mujeres nos entregamos más de llenos al trabajo, somos más perseverantes, más pacientes, menos intransigentes. Tenemos la capacidad de sentir las inquietudes de los demás más cerca".

La mujer rual, hoy

El papel desempeñado por la mujer rural es tema de preocupación constante de aquellas que están al frente de los Grupos y Redes. "Me preocupan las mujeres rurales mayores que están en  igualdad de condiciones con el resto. Pese a haber estado en el campo toda la vida no pudieron ser copropietarias, por ejemplo. Y de estas mujeres hay muchas", asegura María del Mar Martín.

Paloma Fábregas, gerente del Centro de Desarrollo Integral del Somontano, denuncia que "ha habido una desigualdad histórica, porque nosotras teníamos que compatibilizar el trabajo con el cuidado de los hijos y de otros familiares dependientes. Esto está todavía un poco verde. La mujer rural sigue teniendo menos oportunidades".

Ana Manrique cree que se ha avanzado muy poco en materia de igualdad: "Hay pueblos en Cantabria donde las mujeres no entran ni siquiera al bar, porque está mal visto todavía". La gerente de la Red Cántabra recuerda que lo poco que se ha avanzado ha sido gracias, en buena medida, al trabajo de los Grupos de Acción Local.

Por su parte, Lourdes Arruebo considera que "actualmente las mujeres estamos más comprometidas. En cierta medida hemos hecho virtud de la necesidad: las dificultades nos han hecho fuertes".

Con este paisaje de fondo, Elisa Esteban cree que es el momento para el empoderamiento de las mujeres: "Debemos aspirar a ocupar puestos en los órganos de decisión y la sociedad debe facilitarlo, dado que la desigualdad en este sentido es tremenda".