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El objetivo de estas subvenciones es claro: conseguir frenar la progresiva despoblación de los núcleos rurales, que representan el 90 por ciento del territorio de España, y en el que vive en torno al 20 por ciento de la población.

Los problemas de comunicación con otros municipios, la distancia con el centro sanitario más cercano o la ausencia de colegios por la zona, así como la falta de guarderías y una escasa oferta de ocio son sólo algunos de los "hándicaps" a los que se enfrenta quien decide vivir en el medio rural.

Hasta ahora, el grueso de las "ayudas al desarrollo rural" procedían de la Unión Europea y seguían el mismo cauce que las subvenciones agrarias, aunque la aprobación de la Ley de Desarrollo Rural Sostenible por parte del Gobierno español (a finales de 2007) se ha concretado en decenas de "proyectos piloto" que se han ido aplicando durante los últimos años con cargo a las arcas del Estado.

La mayor parte de las ayudas al desarrollo rural recogidas en estos proyectos piloto se pueden clasificar en cinco grandes grupos: las dirigidas a fomentar el turismo, a mejorar la sostenibilidad, a favorecer la agricultura y ganadería, a actividades promocionales y, sobre todo, a la dotación de servicios.

Ejemplo de esto último son la construcción de piscinas municipales y zonas de recreo, albergues, residencias para personas de la tercera edad o incluso ayuntamientos, como el caso del pueblo de Morata de Jiloca, o una nueva comisaría para la Policía Municipal, como en la localidad murciana de Caravaca de la Cruz, cuyo presupuesto supera los 2,5 millones de euros.

Pabellones municipales, granjas escuela o instalaciones deportivas se entremezclan con la promoción de nuevas rutas de piragüismo y paseos turísticos en barco, además de apostar por la expansión de Internet por todos los rincones del territorio o por la sustitución de lámparas de incandescencia por otras de bajo consumo.

Otros proyectos que han contado con la ayuda pública han sido los dirigidos a mejorar la competitividad agrícola y ganadera, con inversiones que van desde lo más ambicioso, como un centro de investigación agroalimentaria o un polígono agroindustrial, hasta lo más simple, como la compra de un camión cisterna refrigerado.

¿Pero por qué hay que subvencionar de forma independiente la dotación de servicios en las zonas rurales? ¿Qué se consigue con esos fondos?

En opinión del catedrático de Análisis Geográfico Regional por la Universitat de València (UV) Javier Esparcia, quien colabora con la Comisión Europea (CE) en la evaluación de políticas de desarrollo rural, el coste económico no es el criterio adecuado para valorar estas inversiones.

"La única garantía para la protección del hábitat y la biodiversidad es mantener una densidad de población suficiente, lo que supone un coste que hay que asumir" y que en todo caso es inferior al que habría que afrontar en caso de que la despoblación continuará creciendo, según ha defendido Esparcia.

Ha recordado que las inversiones en núcleos rurales son "muy rentables desde el punto de vista económico", debido a que con poco dinero "se genera un gran efecto multiplicador, al crear más actividades y puestos de trabajo".

Pese a todo, Esparcia ha admitido que en algunas Comunidades Autónomas los fondos al desarrollo rural "se han dedicado a hacer cosas sin pensar", siguiendo un criterio "ineficiente" y meramente "localista".

De la misma opinión es el gerente de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR), Josep Tortosa, quien ha recordado que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) elaboró una serie de "directrices estratégicas" en las que se aboga por priorizar las actuaciones "a nivel de mancomunidades y conjuntos de municipios, para que haya una visión territorial y no sólo local".

"Si no se siguen estas directrices, existe el riesgo de que el Programa de Desarrollo Rural Sostenible se quede en un simple listado de inversiones por localidades", ha advertido.

Tortosa ha recordado que el mundo rural "continúa teniendo problemas para fijar población, y padece una carencia de servicios e infraestructuras que le hacen requerir de una atención especial" y que hace falta dotar de una mayor visibilidad los logros y necesidades de estos municipios para que el mundo urbano entienda sus necesidades.

"La biodiversidad, el agua, las energías renovables... Son una serie de factores que únicamente se pueden garantizar con la presencia de población en el medio rural", ha incidido.